Sonoros afines

Dos poemas que llegan como un disparo para arrancarte tu sombrero de bienestar y confort.

Vapor de luz amanecida enturbia

el espejito roto

El viejo se afeita largo y tendido

con una navaja vieja y límpida

Hay espuma en el espejo y chupa sol

su rostro y la edad aclara sus decires

El gesto calmo de cortar pelo del tiempo

mata el apuro de la que se viene

2.

Acaso discurra, diga,

en su posición inclinada y tranquila

Observará cómo el ruido se vuela,

el ruido que dan las cosas.

Se va del pueblo, de los hijos, del cuento de los días

Nada de palabras luego de llegar hasta aquí, hasta ahora,

después de tantas vueltas de la vida

3.

Sabrá que con filo y sangrita anula 

lo más oscuro en él

El afeite va sacando, discreto, los años, los barros

y deja la eficacia de existir en el silencio

FRESCURA

Luz nublada del mediodía penetra fresca

desde las acacias, y desde la mesa

con libros, celular, un mate, cercano

al motor de una heladera; espera

escuchar todavía un poco de viento

una chicharra, la calle vecina.

Son compases sin guía de dios alguno.

Hay valoraciones, si se piensa:

Qué grande y bueno es el silencio

de la casa

a veces asistido de objetos

sonoros afines.

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