La ciudad fantastica

Como he dicho al principio, mi relato es real.

.  Mi relato es real, sucedió.

  Ayer me acosté a las 3:33 horas y hoy desperté a esa misma hora. ¿Cuántos días pase durmiendo? Tal vez ninguno y fue una ilusión de dormir y despertar al instante creyendo que paso mucho tiempo. En fin, pasaron aproximadamente 30 minutos, me seguía encontrando catatónico en mi habitación mirando la hora, siempre la misma. Creí pensar que ese reloj (nunca antes visto) se encontraba con sus baterías descargadas, no obstante salí de la habitación para comprobarlo y me encontré en una situación horrorosa. Mis padres y hermanos no estaban en sus habitaciones, pero lo verdaderamente escalofriante fue encontrarme con la casa arquitectónicamente diferente, llena de relojes marcando las 3:33 horas, de todos los tamaños y formas. Me acerco al gran ventanal del living, al mirar sentí un miedo tan grande que se me helaron los pies y comencé a temblar como una hoja. No era una casa, era un departamento y me encontraba en el tercer piso. Es decir, ayer cuando me acosté era un pueblo de mil y un habitantes, muy pequeño, y ahora es una ciudad inmensa.

   Quiero pensar pero el miedo me lo impide. La única pregunta que me intento responder es: ¿dormí solo un dia? O más bien ¿siglos? Tal vez la segunda sea más sensata, en un dia no se podría construir enromes edificios, calles, parques, monumentos. Pero, ¿se podría dormir por un siglo?

  En fin, cuando estuve más en sí, baje y comencé a recorrer la gran ciudad. Mi razón estaba ya adaptada a las sorpresas, en efecto no me asombró que estuviera desierta, es decir, no habitaban personas, perros o gatos, ningún tipo de animal.

   Caminé por 40 minutos, y llegué, creo por sus calles en diagonales, al centro. A mi derecha se encontraba una gigantesca catedral  cuya sima tenía un reloj marcando las 3:33 horas. Me di cuenta que no había viento, la luna no estaba, tampoco las estrellas. El tiempo se había congelado.

  Para evitar pensamientos terroríficos comienzo a correr, en 15 minutos llego nuevamente al centro. Me doy cuenta al instante de esta extrañeza. Sigo caminando hacia adelante y todos los edificios, calles, monumentos o árboles se repiten sincronizadamente. Es como si la ciudad estuviera vista de un espejo por otros espejos. Las cosas al multiplicarse me son abominante.    

   Me encuentro en un parque escribiendo estas líneas, más tranquilo me doy cuenta que aproximadamente pasaron 14 horas aunque siempre sean las 3:33 horas. Y aun no tengo sed, hambre, necesidad de orinar, puedo correr sin sudar, no tengo una pizca de sueño.

  En fin, por primera vez en mi vida soy feliz. Soy libre

  Como he dicho al principio, mi relato es real. Pero mentí al decir que sucedió, porque está sucediendo.             

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